Rose Wolfe, una de las enfermeras orientadoras de oncología de Work Stride, habla sobre una oportunidad reciente que tuvo de apoyar a una mujer en una empresa que ofrece el programa a sus empleados:
Como enfermera orientadora de oncología de Work Stride, he tenido el privilegio de ayudar a cientos de personas con sus preguntas e inquietudes sobre el diagnóstico de cáncer, las opciones de tratamiento, los problemas relacionados con el trabajo y los desafíos de la prestación de cuidados. Los empleados se comunican conmigo por teléfono o correo electrónico o con bastante frecuencia cuando visito el sitio de un empleador para crear conciencia sobre la disponibilidad del programa Work Stride. Así conocí a Jane (no es su nombre real). Di una charla informativa sobre Work Stride en la feria de beneficios de su empresa y ella me preguntó si podía tener unos minutos para hablar uno a uno.
Al padre de Jane, que vive en una zona rural bastante aislada, recientemente le habían diagnosticado cáncer de piel. Me pidió que mirara el informe de patología de su padre, que tenía con ella, y me tomé un tiempo para ayudarla a comprenderlo mejor y el plan de tratamiento propuesto por su médico. Le pregunté sobre la práctica del oncólogo para tratar de determinar si su padre se encontraba en el mejor centro para la atención que necesitaría. Aunque no sabía mucho sobre la práctica, tenía muy claro que agradecería cualquier ayuda y orientación que pudiera ofrecerle. Entonces, comencé dándole una lista de preguntas que podía hacerle al oncólogo y le sugerí que ella y su papá buscaran una segunda opinión en un centro oncológico integral.
No mucho después de regresar a Hopkins, Jane me llamó para decirme que ella y su padre estaban de acuerdo en que una segunda opinión sería muy útil y que pude ayudarlos a conseguir una cita en un excelente centro oncológico integral no lejos de donde estaba el padre de Jane. vivido. Después de su cita inicial, Jane llamó para decirme que ella y su padre estaban tan impresionados con el médico y el centro que habían transferido su atención allí.
Después de varios meses de tratamiento, el padre de Jane está muy bien y ella no podría estar más agradecida. Ella dijo: “Realmente no sabía por dónde empezar para ayudar a papá a obtener el tratamiento oncológico que necesitaba. Tus consejos y las conexiones que nos ayudaste a establecer han hecho que este proceso sea mucho más fácil de afrontar”.
Y eso, para mí, es la mejor parte de ser una enfermera orientadora de Work Stride.
